martes, 4 de agosto de 2009

KOBAYASHI MOTOFUMI



Biodatos >> Nacido el 28 de enero de 1951 en la prefectura de Fukushima. Tras graduarse en la escuela superior industrial de Kawasaki, trabaja de mecánico en una unidad de congelado y de asistente de Nakanishi Ritta hasta que en 1975 debuta en el manga mostrando su predilección por diseños mecánicos de tanques, aviones y toda la parafernalia bélica. En 1978 realiza para el Hobby Japan su primera serie, “Hero Biography”. Siguiendo en varias revistas de modelismo, realizará trabajos como “Black Knight Story” (1985), “World War III”, “Vietnam” (ambas de 1987), “World War II” (1988), “The Time Troopers” (1989), “Iraqi Troops Vs. Coalition Forces” (1990), “Tanks the Hero” (1991), “Happy Tiger” (1992), “Presidential Order 43”, “Valhala”, “Omega 7” (las tres de 1993), “Normandie Ambitious Operation”, “Japanese-American Pacific Ocean Decisive Battle!!” (ambas de 1994), “Samurai Soldier” (1998), etc. Muchos de sus trabajos son obras cortas recopiladas junto a las de otros autores. Su estilo occidentalizado le ha permitido trabajar incluso para Marvel Comics.

“ONEMAN ARMY GEITSU” IdeaIdeaIdea
(“One-Man Army Gates”)
ワンマン・ア-ミーゲイツ
por Kobayashi Motofumi.
serializada en el Combat Comic (Nihonshuppansha). [1986/11/01]
Género: bélico ciencia-ficción

Aunque Kobayashi se especializó en relatos bélicos centrados en la II Guerra Mundial, también realizó algunos futuristas como éste, en la que demuestra su habilidad con diseños robóticos de todo tipo, no en vano iba dirigida a aficionados a este modelismo. La protagoniza una típica y heterogénea unidad de combate estadounidense (creo, porque todos van soltando la expresión “Shit!” en inglés y levantando cada dos por tres el dedo medio para expresar su disconformidad) localizada en un puesto de combate en primera línea y al mando de un oficial incapaz. De entre todos ellos destaca el valiente Gates, que se ha ganado la admiración de sus compañeros. Sin duda Kobayashi es un excelente dibujante y se adivina que sus bocetos de figuras y maquinaria en acción debían ser el no-va-más, y su transposición al comic, siguiendo parámetros realistas y muy influenciados por el comic occidental, es brillante de verdad. La utilización del pincel en lugar de tramas para dotar de volumen y lograr espectaculares efectos de explosiones y tal, también. Pero el dibujante “pincha” con su exceso de autoconfianza, y muchos dibujos están sin acabar, casi a medio entintar, supongo que para lograr un efecto más moderno (y no por falta de tiempo), que termina volviéndose contra él.

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