ITÔ TAKEHIKO

Tcc. HATAIKE HIROYUKI




Biodatos >> Nacido en Kitami, prefectura de Hokkaido, entró en el mundo de los manga como editor de una redacción, pero ante los trabajos que llegaban a sus manos, juzga más conveniente hacer él mismo sus comics bajo el pseudónimo de Black Point (o BP); y aún utiliza un tercer pseudónimo, el de Hataike Hiroyuki. En esta época crea su propio estudio, Morning Star, y con él trabaja indistintamente en el manga, en los videojuegos y en la animación como diseñador (suyo es el concepto original de "NG Knight Lamune & 40" por ejemplo); su primera serie importante es "Space Hero Story" en 1988, y también destacan "Lord Ryu Knight" (llevada a la pantalla en diversas ocasiones desde 1994), "KO Century Beast Three Fighters" (llevada a la pantalla en 1993), y especialmente "Outlaw Star" (convertida en serie de animación en 1998).

"UCHÛ EIYU MONOGATARI"
("Space Hero Story")
宇宙英雄物語
por Itô Takahiko.
serializada en el Gekkan Comic Comp (Kadokawa Shoten) [1989/07]
género: comedia ciencia-ficción.

Esta serie de ciencia-ficción pretendidamente divertida presenta las muchas aventuras de Godô, un joven y aguerrido astronauta pelirrojo especializado en misiones difíciles. El estilo gráfico de la serie es representativo de la moda del momento (finales de los 80) y se caracteriza especialmente por el aparato pirotécnico, en lo que se refiere al diseño de producción, y por las figuras combinando la nueva técnica rectilínea con el estilo ochentero, en lo referido al diseño de personajes. Ambas tendencias estaban destinadas a banalizar el manga durante las décadas siguientes e Itô no fue sino un abanderado más de este proceso de decadencia. Aunque ocasionalmente tenga cierta gracia, en la historia ya se observan esa atmósfera fría y desangelada que terminará por apoderarse del fantástico en particular, casi como seña de identidad. El dibujo en sí es muy correcto, y la puesta en escena tiene brío, haciéndose evidente que el autor sabe atrapar al lector, pasando de la acción al humor con bastante acierto, pero por desgracia esto no consigue ocultar su irremediable tendencia a la trivialidad.