Tcc. TSUKA EMUKO
Dibujante del género erótico que inicia su carrera a mediados de la década de 1970 con el nombre de "Jôzuka Masako". No empieza a despegar, sin embargo, hasta finales de la misma, época en la que se cambia el nombre artístico por el de "Tsuka Emuko". Su primer recopilatorio conocido es "Eriko's Day", aparecido en 1980. Tras una época de oscuridad, volvió al mercado bastantes años después para tocar temas más diversos, como "Honey-Colored Trap", "Time of Funeral Procession" o las adaptaciones de "Alice's Adventures in Wonderland", "Erotic Fairy Tale", "Distorted Eros", etc.
"ONNA NO ENIKKI"
("Woman's Picture Diary")
女の絵日記
por Jôzuka Masako.
serializada en el Manga Look (Hôbunsha). [19770720]
género: comedia erótica.
Serie de relleno en la que aparecían, de manera embrionaria, algunos de los elementos habituales de la posterior carrera de la artista. Planteado como un relato anecdotario narrado en primera persona por la propia protagonista, nos describe la vida de una ociosa joven de atractivo indudable, que se dedica a ir de compras y gandulear durante todo el día mientras distrae la atención de los hombres, generalmente maduros y de alta posición social, por los que se deja seducir —o al menos, eso les hace creer— y juega con ellos de manera aparentemente inocente. Es un personaje que parece dar mucho juego, si bien el encorsetado formato de las historias obliga a abreviar los sketches sin poder extraer todo su jugo. Tanto el guión como el dibujo son en líneas generales bastantes inmaduros, aunque en algunos momentos muy concretos se entrevé el futuro potencial de la dibujante.
"MEIKEN!? MUSASHIMARU"
("Famous Dog!? Musashimaru")
名犬!?むさし丸
por Tsuka Emuko.
serializada en el Manga Show Room (Shônen-Gahôsha). [19820628]
género: comedia.
Musashimaru es un perro regordete cuya ama es una mujer también algo entrada en carnes, algo bajita y de poco pecho, para algunas cosas con mucha mala idea y para otras excesivamente ingenua, y con un aspecto físico que a veces parece una niña obesa. Soberbia, intransigente con los demás y al mismo tiempo excesivamente indulgente consigo misma, recibe su merecido castigo en casi todos los gags. Aunque es un personaje importante en los sketches, Musashimaru debe pues dejar protagonismo a su dueña, que es una figura mucho más rica, relegando generalmente su papel al de mero comparsa o de voz de su conciencia. Curiosamente, la relación entre ambos personajes llega ocasionalmente al punto de rozar la zoofilia. Es un "yonkoma" interesante, en el que se observa la evolución humorística de la autora en los sencillos diseños de los personajes y en la composición de las anécdotas, pero de todas maneras la serie no llegó a cuajar.
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