SARASA TÔ

 

Dibujante humorística habitual de tiras de relleno del Hana to Yume y sus franquicias (en las que debutó a finales de la década de 1970 con la autobiográfica "Little Sarasa"), su serie más importante es "Little Pegimaru", iniciada en 1980. Realizó bastantes más ("Marchen World", "Intrusive Ailee", "Hey, Hey, Hey!", "Nyankoro Kids!", "Wonderland Panic!") pero ninguna llegó a cuajar. 

"SARASA-KUN"
("Little Sarasa")
さらさくん
por Sarasa Tô.
serializada en el Hana to Yume (Hakusensha). [19791005]
género: comedia animal.  
Doble tira de 6 viñetas sobre una chica, que podría ser la propia dibujante, amante de los animales, que tiene un acuario con dos peces y un extraño pajarito obeso con una flor en la cabeza. Los verdaderos protagonistas de la mayoría de los gags son las mascotas, ejerciendo la chica del título una especie de rol de apoyo, aunque ocasionalmente se convierte en la estrella de algún episodio. Se nota que es una serie primeriza, porque su puesta en escena es extremadamente plana, más incluso de lo habitual en este tipo de productos, siendo al mismo tiempo los sketches rutinarios y carentes de chispa. A pesar de su poco talle, los personajes se mantuvieron tres años. 

"PEGIMARU-CHAN"
("Little Pegimaru")
ペギ丸ちゃん
por Sarasa Tô.
serializada en el Bessatsu Hana to Yume (Hakusensha). [19820110]
género: comedia animal.
Se trata del personaje más popular de Sarasa, y de las pocas series que realizó que no tenía estructura de "yonkoma" o derivación extendida, pero de todas maneras de bien poco le sirvió, pues sigue siendo un producto plano y primerizo, lo que es una pena porque la autora ya llevaba más de tres años en el mundillo y no se observa mejoría alguna. Realmente no tiene este empaque necesario para trascender, aunque la revista no debió pensar lo mismo, porque le dio bastante cancha manteniéndola viva unos seis años. En ella conviven personas y animales antropomorfos que interactúan fluidamente, destacando de este último grupo un obeso pingüino algo chusco y torpe que da título a su cabecera. El animal hace las consabidas gansadas sin excesiva convicción, aunque de vez en cuando se escapa algún momento inspirado, desgraciadamente sin aprovechar.