Pequeños apuntes biográficos de mangakas de los años 1950-1995 con breves reseñas de algunas de sus obras.
domingo, 5 de mayo de 2019
MATSUDA SHINTARÔ
Este autor sólo tiene dos trabajos conocidos, ambos para el Shônen Champion: "Test Run" (1988-89) y "No Boy" (1989-90).
"TESUTO RAN"
("Test Run")
テスト・ラン
por Matsuda Shintarô.
serializada en el Shûkan Shônen Champion (Akita Shoten). [19881209]
género: comedia romántica intriga.
Se trata de un trabajo rutinario y falto de chispa, aunque de acabado correctito, sobre una simpática chica llamada Nonomiya Fuyumi y su noviete. Se mezclan en la historia comedia doméstica con un poco de acción (no olvidemos que esto es un comic para chavales) y el conjunto tiene un ritmo y puesta en escena general propios de comedias de situación estandarizadas, y debido a ello tampoco ofrece ninguna sorpresa digna de mención, aunque de vez en cuando el autor se atreve a introducir algunos elementos pictóricos más inspirados que de costumbre. Los diseños siguen las mismas pautas, caracterizados siempre por un estilo agradable y totalmente correcto. Sin llegar a ser un éxito en la revista ni mucho menos, esta serie gozó de una andadura de casi dos años en el semanario y es también el producto más conocido de su autor. Simpático y nada más.
"NOO-BOOI"
("No-Boy")
NOボーイ
por Matsuda Shintarô.
serializada en el Shûkan Shônen Champion (Akita Shoten). [19900130201]
género: comedia karate.
Segunda y última serie importante de su autor, y en mi opinión, la más lograda, aunque no tuvo la resonancia de la primera. Es una típica comedia romántica estudiantil que utiliza como telón de fondo el gimnasio de karate del instituto, donde se forma una rivalidad, pero también una atracción, entre los dos protagonistas de la serie. El chico es Nobu (un juego de palabras con el título), un estudiante competitivo y exigente consigo mismo, que lleva su afición al límite de sus fuerzas. Su horma del zapato es una guapa compañera de clase, buena deportista y de gran corazón, que destaca en el deporte que había hecho popular a nuestro protagonista. Los lances entre estos personajes, sus familiares y su entrenadora, están resueltos con cierta habilidad costumbrista para que los lectores se sientan identificados y disfruten de sus riñas amistosas con cierta complicidad. Diseños estándar y correcta ambientación local. Aviso: aclarar también que no es un manga deportivo al uso, pues las escenas karatekas están muy marginadas y sirven para puntear ligeramente la trama, lo que podría decepcionar bastante a los aficionados a este deporte.
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