ANTHONY ZIERHUT

Biodatos >> Nacido en 1961, Zierhut procede del campo de la animación estadounidense, en la que estuvo trabajando en la década de 1980. En 1990 prueba suerte en el mundo del manga, siendo seleccionado por Kôdansha, que publica sus dos únicas series importantes: "One Eyed Jack" (en el Morning) y poco después "Heart of the Robo Crab" (en el Afternoon). En 1993 vuelve a la industria cinematográfica norteamericana, pero ahora como diseñador de story-boards, donde se ha hecho su actual reputación.

"KATAME NO JAKKU"
("One Eyed Jack")
片目のジャック
por Anthony Zierhut.
serializada en el Shûkan Comic Morning (Kôdansha). [1990/12/13]
género: oeste ciencia-ficción robots

Esta auténtica curiosidad supuso la avanzadilla de los dibujantes de comics occidentales dentro del difícil mercado japonés. Zierhut fue todo un pionero en su época y así hay que saludarlo, pero también hay que aclarar que ni dominaba el lenguaje del manga ni supo sublimar correctamente las claves del mismo a una perspectiva típicamente occidental. La acción tiene lugar en el lejano Oeste y su protagonista es un androide que viste como un típico pistolero, con su poncho y su sombrero negro, rematados por una típica cartuchera con revólver. Y naturalmente, viaja a caballo como cualquier hijo de vecino. Su rasgo más distintivo es que sólo tiene un ojo, o mejor dicho, un visor, y aparentemente también una oreja o antena. "Jack el Tuerto", que así lo llaman, es una entidad totalmente metálica, que puede comunicarse con los seres humanos como si fuera uno más entre ellos. Sus aventuras están llenas de componentes fantásticos, y ocasionalmente debe hacer frente a otros seres cibernéticos como él. La gracia de esta serie radica en que se han aunado elementos de dos épocas y, al mismo tiempo, de dos lenguajes historiétisticos muy diferentes. Si bien dentro de la puesta en escena se aplaude un ritmo y una secuenciación muy cinematográficos (indudablemente ya poniendo de manifiesto la futura profesión del dibujante), ni los diseños ni el dibujo general están lo convenientemente acabados, posiblemente debido a la falta de ayudantes.