Biodatos >> Nishibori Katsutarô, que tal es su verdadero nombre, nació en la ciudad de Numazu, prefectura de Shizuoka, el 25 de enero de 1959. Debutó oficialmente en un número especial del Young Jump en 1986, con la serie "GT-Roman", que fue continuada en otras revistas de la editorial, significó su mayor éxito y además tuvo varias secuelas. Apasionado de los automóviles y de la cultura estadounidense, los títulos de sus obras suelen estar escritos en inglés. Otras obras: "Deadend Steet", "Crossroads", "Last Moment", "Garage", "Speedster", "Sex Machine", "Pit Start", etc.
por Nishikaze.
serializada en el Gekkan Bears Club (Shûeisha). [198809] et al.
género: comedia automovilística.
Esta saga es el producto es el más conocido del autor, y también el más largo. Está dividida en varios arcos narrativos, a lo que hay que añadir una buena ristra de secuelas, llegando a publicarse en diversas revistas de la misma editorial durante varios años. En esencia se trata de una serie de historias relacionadas con el mundo del automóvil y por las personas que los conducen. Está planteada como una especie de comedia de situación en la que aparecen también automóviles como si fueran coprotagonistas de los relatos. Se nota el amor de Nishikaze por los coches en acción, que tienen un estupendo dibujo, pero también destaca su puesta en escena limpia, propia de los autores primerizos, punteada por algunos planos muy maduros, característicos de un dibujante ambicioso que ya está apuntando maneras. El apartado gráfico tiene también sus consabidos momentos de inmadurez, pero en general es un trabajo más que prometedor.
"KUROSUROODO"
("Cross Road")
CROSSROADS
por Nishikaze.
serializada en el Shûkan Young Jump (Shûeisha). [19910523] [19930401]
género: arte y ensayo.
Mientras Nishikaze realiza su famosa serie "GT roman" en el mensual Bears Club (una de las muchas franquicias del Jump), crea esta otra obra en el Young Jump semanal. El autor podía permitírselo porque "Crossroads" apenas ocupaba 4 páginas semanales, y era un recopilatorio de historias cortas relacionadas con el mundo del autómovil y las mujeres. El argumento era un simple anecdotario sin más, con metáforas visuales, elipsis artísticas, etc., pero al mismo tiempo con un tono cotidiano muy curioso. Su valor es muy limitado, quizás únicamente atractivo para los aficionados al motor, y el dibujo, sencillo, es cumplidor y basta. Personalmente, más que en el Young Jump, esta serie se hubiera encontrado más a gusto en un Garo, por ejemplo.
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